jueves, 27 de enero de 2011

El pueblo palestino: un año más esperando justicia

Majed Kayali, Al-jazeera 13 de diciembre 2010 _Traducción Jalil Sadaka.- Como consecuencia del callejón sin salida al que llegó el proceso de paz, a raíz del rechazo de Israel de la demanda norteamericana de congelar la ampliación de las asentamientos en los territorios palestinos ocupados, la Autoridad Nacional Palestina ANP, ha insinuado que iba a recurrir a la ONU para obtener el reconocimiento internacional del derecho de los palestinos a declarar su estado independiente, dentro de las fronteras anteriores a la guerra de 1967.

Lo que me interesa resaltar que es esta medida, siendo importante, es insuficiente, y no debe ser una alternativa a la necesidad de la reconciliación nacional palestina, además no tendrá efecto, sin la recuperación de la naturaleza de la lucha palestina, como un verdadero movimiento de liberación nacional, que lucha denodadamente para el restablecimiento de los derechos usurpados del pueblo palestino.


Recomendaciones, no resoluciones vinculantes

Un rápido repaso al papel jugado por la ONU en el tema palestino, revela la importancia que ha dedicado esta organización al drama palestino, sin embargo lo que llama la atención es la falta de decisión a la hora de poner en práctica sus disposiciones, tendentes a conseguir una solución justa conforme a sus estatutos.

Desde que se fundó la ONU, su Asamblea General (AG) y el Consejo de Seguridad (CS) aprobaron decenas de resoluciones relacionadas con el problema palestino, pero desgraciadamente se han quedado en papel mojado. Una de las causas que explican esta inhibición es que las resoluciones que toma la AG, son meras recomendaciones, no vinculantes, con un valor moral, a pesar de que expresan la opinión de la comunidad internacional

Entre las resoluciones de la Asamblea General referidas al tema palestino, destacaremos los siguientes:
  1. La resolución 181 del año 1947, que establecía el plan de partición de Palestina en dos estados, uno judío y el otro árabe, respetando los derechos de los ciudadanos de cada comunidad en el territorio del otro estado, esta resolución establecía asimismo un estatuto especial para Jerusalén bajo administración internacional. La resolución pedía a los dos estados resultantes de la partición, la creación de una unidad económica entre ellos. A pesar de dicha resolución, Israel se apoderó por la fuerza de la mitad del territorio que correspondía al estado palestino y declaró su estado sobre el 78% de la Palestina histórica en vez de los 56% que le otorgaba la ONU. En cambio el Estado palestino no ha visto la luz desde ese momento hasta la actualidad, 63 años después.
  2. La resolución 194, del año 1948, que reconoce el derecho de los refugiados palestinos a retornar a sus hogares, y a ser indemnizados por los daños sufridos como consecuencia de la expulsión de sus tierras.
  3. La resolución 273 de 1949, que condiciona el reconocimiento del Estado de Israel a su acatamiento de las dos resoluciones anteriores (181,194). Es este sentido hay que señalar que Israel es el único estado del mundo que tuvo un reconocimiento condicionado por la ONU. Sin embargo la comunidad internacional no exigió esta condición, aunque legalmente supone que el derecho del pueblo palestino a un estado independiente no mana solamente de las dos resoluciones anteriores sino de la resolución 273 también.
  4. Las resoluciones 3236, 3375, 3376, de los años 1974 y 1975, que reconocen a la OLP como legítimo representante del pueblo palestino. La ONU, invita a la OLP a participar en las sesiones de la Asamblea General, y solicitan del CS, posibilitar la autodeterminación de este pueblo, y el derecho a la independencia y la soberanía nacional y del retorno. En dichas resoluciones, se pide, también, al CS crear una comisión especial para tal fin. Estas resoluciones son un avance sustancial fruto de la lucha del pueblo palestino en aquellos años.
  5. La resolución 3379 del año 1975 que considera al sionismo una variante del racismo. Como es sabido esta resolución fue derogada como consecuencia de los preparativos de la Conferencia de Madrid.
  6. Hay decenas de otras resoluciones , que fueron aprobadas en sesiones anuales ordinarias, o extraordinarias de la Asamblea General , que exigen el cumplimiento de parte de Israel de la legalidad internacional, la no modificación de la situación demográfica de los territorios ocupados, poner fin a las actividades de colonización, la protección de los civiles en tiempos de conflictos bélicos, y poner fin a las violaciones de los derechos humanos, también hay dos resoluciones muy importantes por reconocimiento expreso del derecho de los palestinos a luchar contra la dominación colonial resoluciones 2649 ( 1970), 2787 (1971).

Resoluciones del Consejo de Seguridad

Las resoluciones tomadas por el CS, tampoco fueron cumplidas por el rechazo de Israel, con el apoyo de los Estados Unidos, y sobre todo porque dicha resoluciones se tomaron en virtud del capítulo sexto de los estatutos, y no del séptimo que se aplicó a Irak.

De todos modos conviene recordar que las resoluciones del CS relacionadas con los temas palestinos, no abordan el fondo de la cuestión sino las consecuencias o los efectos como: Poner fin a las operaciones bélicas, la condena de algunos actos cometidos por Israel, o considerar ilegales a estos actos como: la colonización, la judaización de Jerusalén, la confiscación de tierras palestinas. Hay que señalar que los EE.UU. han impedido que el CS aprobara cualquier resolución contraria a los intereses de Israel, utilizando su dictatorial derecho al veto en más de cuarenta ocasiones, lo que significa el 50% de veces que ha recurrido a este derecho que se supone es de carácter excepcional.

A continuación enumeramos las resoluciones del CS, más importantes relacionadas con el tema palestino en concreto o el llamado problema del Oriente Medio:
  1. La resolución 242 del año 1967. Esta resolución reafirma el principio de la ilegalidad de la ocupación de territorio ajeno por la fuerza, demanda la retirada de Israel de las tierras conquistadas en 1967, y le pide contribuir a un arreglo pacífico del asunto de los refugiados.
  2. La resolución 338 del año 1973 que exige poner fin a las acciones bélicas entre Israel y los países árabes, pide a Israel el cumplimiento de la resolución anterior, 242.
  3. La resolución número 1397 del año 2002, relativa a la creación del Estado palestino. Es la primera resolución del CS al respecto; su importancia radica en que complementa la resolución 242, concretamente la omisión de la cuestión palestina. Aquella resolución, la 242, limitaba el conflicto a una contienda entre árabes e israelíes por los territorios ocupados. Existen varias resoluciones que condenan las actuaciones israelíes, y las consideran ilegales, una se refiere en concreto a las colonias y a Jerusalén.

La complejidad de las relaciones internacionales y la Cuestión Palestina

El interés internacional, contradicciones, complicaciones
    Primero: La cuestión palestina desde el principio fue y sigue siendo un problema genuinamente internacional. Dejando a un lado el papel jugado por el movimiento sionista en el proyecto de creación del estado de Israel, no hay duda de que la complicidad internacional fue la que propició no solo el éxito de este proyecto, sino su permanencia y su desarrollo, desde el punto de vista político, económico, tecnológico, militar y demográfico. Fue Gran Bretaña, como potencia mandataria sobre Palestina, la que facilitó la inmigración judía a Palestina, otorgó a agencias judías una serie de ventajas y facilidades para la creación de las instituciones básicas de la nueva entidad judía. Estados Unidas, por su parte, presionó para aprobar la resolución de la partición de Palestina por las Naciones Unidas. Más tarde convirtió a Israel en el eje principal de su política en la región, para chantajear a los países árabes, y utilizar a esta nueva entidad, durante la guerra fría al servicio de sus intereses, a cambio de todo tipo de apoyo, financiero, militar, tecnológico y político. Francia por su parte fue el sostén del desarrollo de la industria militar israelí, y la que le facilitó la obtención de armas nucleares. Alemania contribuyó a su financiación, además participó en desarrollar su industria tecnológica. La Unión Soviética, y posteriormente Rusia, ha sido la fuente principal de los inmigrantes judíos hacia Palestina.
    Segundo: Occidente considera a Israel su extensión natural en la región árabe, basándose en una premisa racial e imperialista, “Solo la presencia propia garantiza su hegemonía en oriente”. La entidad sionista aprovechó este axioma, esforzándose en demostrar que forma parte de la civilización occidental, propagando una serie de falacias entre los occidentales como la idea de que lo judíos son los “hermanos mayores”, y que su régimen político es un oasis de libertad y democracia en el Oriente Medio, intentando tapar su verdadera naturaleza, racista imperialista. Occidente estaba interesado en asumir este planteamiento a sabiendas que no es cierto, para en primer lugar, ocultar su responsabilidad en la tragedia del pueblo palestino, que comenzó con la creación del estado de Israel y en segundo lugar porque aun no ha alcanzado el punto de madurez necesario para pedir disculpas a los árabes por su pasado colonial. Esto explica la falta de decisión y las contradicciones de muchos países occidentales a la hora de abordar el tema palestino, lo que les lleva a decir que están dispuestos a defender los derechos humanos de los palestinos, y ofrecerle el apoyo económico, hasta incluso reconocer sus derechos como pueblo en Gaza y Cisjordania, y mostrar cierto malestar por las atrocidades de Israel, pero no están dispuestos a admitir el derecho de este pueblo a la resistencia, ni a apoyar el derecho de retorno de los refugiados. Puesto que este paso requiere asumir el error histórico cometido contra los pueblos de la región. Estas contradicciones europeas son además, fruto también de la sumisión política a los dictados norteamericanos. 
    Tercero: La Cuestión Palestina adquiere su carácter internacional por la naturaleza de la causa directa de esta tragedia, la cuestión judía, que adquirió desde finales del siglo XIX una dimensión mundial, como consecuencia del desarrollo de los acontecimientos en Europa, y tuvo mayor repercusión después de la segunda guerra mundial, por las trágicas consecuencias de la actuación nazi y la persecución de los judíos. Esto creó una corriente de simpatía, y mala conciencia, que se tradujo en un apoyo de las demandas sionistas de la creación del estado de Israel. Con esta solución occidente creó y provocó una tragedia palestina, de grandes proporciones para compensar a los judíos. La utilización continuada por el movimiento sionista de las persecuciones nazis contra los judíos, su explotación política y económica, complicó de sobremanera, la solución de la Cuestión Palestina, además de ser el motivo de la falta de un decidido apoyo de unión Europea a los esfuerzos tendentes a encontrar una solución a la injusticia cometida contra los palestinos, que nada tienen que ver con las causas que provocaron los acontecimientos en Europa.
    Cuarto: El interés mundial por el tema palestino es también consecuencia de la posición geoestratégica de Palestina, como puente que une el Mashreq y el Magreb árabe. El control de este territorio siempre se ha considerado vital para dominio del mundo árabe, sobre todo el Mashreq, una zona que posee dos terceras partes de las reservas de petróleo en el mundo.

Palestina no solo un tema de ocupación

El conflicto cuyo escenario es el territorio palestino no es solo una lucha por la legalidad, el derecho y la justicia, es además una lucha por el dominio de la región, íntimamente relacionado con la hegemonía global, política, económica, y militar en el mundo. Así, comenzó con el reparto de los dominios del imperio otomano después de la primera guerra mundial, y siguió después de la segunda contienda mundial, y la guerra fría. Este conflicto sigue ocupando una posición importante en el control geoestratégico norteamericano de la región y del mundo. Por lo tanto resulta evidente destacar que, dada la transcendencia y la complejidad que adquirió el conflicto, los palestinos por sí solos no pueden afrontar el reto. Esto es lo que ha impedido alcanzar una solución a este problema siendo una cuestión clara de injusticia, y cuyos elementos se encuentran contemplados en las resoluciones de las Naciones Unidades. El conflicto palestino representa la última situación colonial existente en la actualidad. El pueblo palestino pagó y sigue pagando un alto precio por su lucha por la liberación y la restauración de sus derechos, su libertad y su tierra, durante más de un siglo, a pesar del gran desfase de fuerzas, y la falta de interés del mundo por poner fin a esta inacabable sangría.

Por todo ello creemos que la cuestión palestina no necesita más resoluciones internacionales, ni nuevas varas de medir la justicia ni los valores morales, todo está establecido, el pueblo palestino necesita la voluntad sincera de aplicar las normas del derecho internacional, en su conjunto, aparte de reconducir su situación interna de un modo que permita mantener su lucha de resistencia; esto requiere más conciencia de sus dirigentes acerca de las verdaderas dimensiones globales que afectan a sus problemas y las repercusiones políticas, económicas, y de seguridad. Es necesario tener en cuenta todo esto para establecer una estrategia de lucha, que integre el conjunto de elementos y circunstancias internacionales en función de las posibilidades de las que dispone el pueblo y todos los amantes de la verdad y la justicia en el mundo.